viernes, 27 de octubre de 2017

El Mago de Oz

El Mago de Oz


    
     Dorita era una niña que vivía en una granja de Kansas con sus tíos y su perro Totó. Un día, mientras la niña jugaba con su perro por los alrededores de la casa, nadie se dio cuenta de que se acercaba un tornado. Cuando Dorita lo vio, intentó correr en dirección a la casa, pero su tentativa de huida fue en vano. La niña tropezó, se cayó y acabó siendo llevada, junto con su perro, por el tornado. Los tíos vieron desaparecer en el cielo a Dorita y a Totó, sin que pudiesen hacer nada para evitarlo. Dorita y su perro viajaron a través del tornado y aterrizaron en un lugar totalmente desconocido para ellos. Allí, encontraron unos extraños personajes y un hada que, respondiendo al deseo de Dorita de encontrar el camino de vuelta a su casa, les aconsejaron a que fueran a visitar al Mago de Oz. Les indicaron el camino de baldosas amarillas, y Dorita y Totó lo siguieron.
     En el camino, los dos se cruzaron con un espantapájaros que pedía, incesantemente, un cerebro. Dorita le invitó a que la acompañara para ver lo que el Mago de Oz podría hacer por él. Y el espantapájaros aceptó. Más tarde, se encontraron a un hombre de hojalata que, sentado debajo de un árbol, deseaba tener un corazón. Dorita le llamó a que fuera con ellos a consultar al Mago de Oz. Y continuaron en el camino. Algún tiempo después, Dorita el espantapájaros y el hombre de hojalata se encontraron a un león rugiendo débilmente, asustado por los ladridos de Totó. El león lloraba porque quería ser valiente. Así que todos decidieron seguir el camino hacía el Mago de Oz, con la esperanza de hacer realidad sus deseos.
     Cuando llegaron al país de Oz, un guardián les abrió el portón, y finalmente pudieron explicar al Mago lo que deseaban. El Mago de Oz les puso una condición: primero tendrían que acabar con la bruja más cruel del reino, antes de ver solucionados sus problemas. Ellos los aceptaron. Al salir del castillo de Oz, Dorita y sus amigos pasaron por un campo de amapolas y aquél aroma intenso les hicieron caer en un profundo sueño, siendo capturados por unos monos voladores que venían de parte de la bruja mala. Cuando despertaron y vieron a la bruja, lo único que se le ocurrió a Dorita fue arrojar un cubo de agua a la cara de la bruja. El cuerpo de la bruja se convirtió rápidamente en un charco de agua.
     Rompiendo así el hechizo de la bruja, todos pudieron ver como sus deseos eran convertidos en realidad, excepto Dorita. Totó, como era muy curioso, descubrió que el mago no era sino un anciano que se escondía tras su figura. El hombre llevaba allí muchos años pero ya quería marcharse. Para ello había creado un globo mágico. Dorita decidió irse con él. Durante la peligrosa travesía en globo, su perro se cayó y Dorita saltó tras él para salvarle. En su caída la niña soñó con todos sus amigos, y oyó cómo el hada le decía: _ Si quieres volver, piensa: “en ningún lugar se está como en casa”. Y así lo hizo. Cuando despertó, oyó gritar a sus tíos y salió corriendo. ¡Todo había sido un sueño! Un sueño que ella nunca olvidaría… ni tampoco sus amigos.

_ Responder…

1_ ¿Qué sucedió un día mientras la niña jugaba?

2_ ¿A quién debían visitar para volver a su casa?

3_ ¿Con qué tres personajes se encontró Dorita en el camino?

4_ ¿Por qué la bruja se convirtió en un charco de agua?

5_ ¿Qué descubrió el perro acerca del Mago de Oz?

6_ ¿De qué se dio cuenta Dorita cuando se despertó por los gritos de sus tíos?

_ Pintar con color la respuesta correcta.

Dorita era una niña que jugaba en la granja de sus…

amigos                   abuelos                            tíos

El camino que debían seguir para visitar al Mago de Oz era…

amarillo                            verde                               rojo

El espantapájaros pedía un…

valor                             cerebro                       fuerza

El hombre de hojalata deseaba tener un…

sombrero                    corazón                      alegría

El león quería ser…

pequeño                      delgado                  valiente

Dorita y sus amigos fueron capturados por unos…

osos                       águilas                         monos voladores

Para volver a su casa viajaron en un…

avión                     globo mágico                   barco

viernes, 20 de octubre de 2017

La leyenda de la yerba mate

La leyenda de la yerba mate



     Yasí, la Luna, recorría la noche y la iluminaba con el brillo de su piel. Miraba hacia la Tierra lejana. ¿Qué había más allá de las copas de los árboles? ¿Qué se escondía bajo el techo de la selva? Una noche, la muy curiosa decidió conocer el mundo. Llamó a su hermana Araí, la nube.
     _ ¡Bajemos a la Tierra! _ Propuso Yasí.
     _ Pero Todos se darán cuenta de que la Luna no está en el cielo _ le contestó Araí, preocupada.
     _ Llamaré a tus hermanas, las nubes de tormenta, para que lo cubran. Y nadie lo sabrá.
     Así bajaron la Luna y la Nube, transformadas en dos jovencitas de largos cabellos. Se divertían rozando a piel vellosa de las orquídeas y vistiéndose con el encaje de las arañas.
     No sabían que una terrible amenaza las perseguía. Un enorme yaguareté iba detrás de su rastro.
     La fiera hambrienta se preparaba para devorarlas. Yasí y Araí tenían poderes en el cielo, no en la tierra. ¡Estaban en peligro! En un instante, el yaguareté, al acecho sobre una rama, se decidió a atacar. A la luz de su propio brillo, Yasí lo vio lanzarse contra ella. Alcanzó a moverse hacia un costado. Casi al mismo tiempo, una flecha se clavó contra el costado del animal.
     Un anciano guaraní, gran cazador, había visto a las dos hermosas mujeres en peligro. Disparó su arco con habilidad, velocidad y puntería. El yaguareté se levantó, herido, y trató de atacarlo, pero el indio consiguió rematarlo con un puñal.
     Sin saberlo, el hombre había salvado a la noche de la oscuridad eterna. ¡Había salvado a la mismísima Luna! Pero... ¿Dónde estaban ahora las dos mujeres que había creído defender? ¿Fueron sólo un engaño de sus viejos ojos?
     Esa noche, el cazador se soñó en la selva. Vio su propia cara, como pasa en los sueños. Las muchachas estaban ahí. Mientras tensaba el arco, le hablaban con sus voces dulces.
     _ Defendiste a Yasí, la Luna _ Dijo la más brillante _. Tendrás tu premio. Mañana verás junto a tu casa una planta nueva. Se llama Caá. Sirve para preparar una bebida que acerca los corazones y aleja la soledad.
     Cuando el cazador despertó, su enramada estaba rodeada de plantas de Caá, la yerba mate.
     Siguiendo las instrucciones de Yasí, tostó las hojas, las puso en una calabacita, vertió agua y con una caña muy fina probó la bebida. ¡Era deliciosa! Quiso compartirla con sus hermanos de tribu y, de mano en mano, el mate fue pasando por primera vez.
     Así nació el mate, el premio de Yasí, la Luna agradecida, al pueblo guaraní.




_ Responder…

1)    ¿Quiénes querían conocer lo que había en la selva?


2)    ¿Quién apareció frente a las dos jovencitas?


3)    ¿Cómo las protegió de un peligro un anciano guaraní?


4)    ¿Qué premio recibió el cazador en un sueño?


5)    ¿Cuáles eran las instrucciones para preparar mate?


6)    ¿Con quién compartió el mate el cazador?


● Buscar en diccionario o en Internet el significado de las siguientes palabras…

Selva:

Yaguareté:

Puñal:

Soledad:


     

viernes, 13 de octubre de 2017

lunes, 9 de octubre de 2017

V.Z.1 - El Robot


     V.Z.1 - El Robot
     V.Z.1 era un robot muy perfecto. Su cerebro de acero, atornillado en el interior de su cabeza cuadrada, funcionaba prodigiosamente. El profesor Krum estaba muy orgulloso de él. Frecuentemente probaba su eficacia poniendo una tarjeta en la ranura de su boca:
     “¿Cuánto tardaría en llegar a Groenlandia caminando?”. Al segundo, ¡Prin!, la tiesa mano de V.Z.1 se alzaba con la respuesta justa:
     “Diecinueve años, siete meses, veintinueve días, cinco horas, ocho minutos, cinco segundos y un ratito más. ¡Ah, y no lleve heladera, no la va a necesitar!”
     _ ¡Oh, V.Z.1! ¡Sos formidable, y además, tenés sentido del humor! _ exclamaba satisfecho el investigador.
     Otras veces le preguntaba: “¿Cuánto pesa un elefante al nacer?”
     ¡Prin!, la respuesta: “Noventa kilos. Y como al venir al mundo, llora, igual que los chicos, usa la trompa, como si fuera el revés de la manga, para secarse las lágrimas”.
     _ ¡Ah, V.Z.1! ¡No hay dudas... , qué perfección! _ reconocía con orgullo el profesor Krum. Y volvía a poner a prueba su invento.
     _ A ver, respóndeme ahora: ¿Qué es un paraguas?
     _ ¡Prin! Un paraguas es un bastón con polleras.
     _ ¡Jajajá! ¡Oh, V.Z.1 sos genial y …, sobre todo, muy divertido!
     ¿Y si jugamos a los “colmos”? _ Y una tras otra echaba las tarjetas.
     _ ¿Cuál es el colmo de un bombero?
     _ ¡Prin! Tener muchos humos.
     _ ¿Y qué más?
     _ Cocinar un guiso a fuego lento.
     _ ¡Jojojó! ¡Bravo V.Z.1! _ E iba otra tarjeta. _ ¿Y el colmo de un relojero?
     _ ¡Prin! El colmo de un relojero es tener un tic... nervioso.
     _ ¡Jajajá... jojojó! _ El profesor Krum se regocijaba. ¡Su obra era todo un acierto de precisión! Y apretando los botones del tablero-guía, dejaba a V.Z.1 por fin en reposo.
     Y allí quedaba el robot; su pesada y geométrica figura arrinconada, las grandes manos de metal tiesas, y los ojos de ágata apagados mirando la nada.
     Una mañana, el profesor Krum se acercó con su problema:
     _ ¿De dónde vienen los platos voladores?
     El investigador esperó. ¡Nada! El conocido ¡Prin! que anticipaba las respuestas no se hizo oír.
     _ ¡Hum! ¡A ver esta otra! _ murmuró el científico introduciendo una nueva pregunta _. ¿Cuál es la presión atmosférica y la temperatura de este momento en Bombay?
    ¡Pero nada! ¡Silencio y quietud absolutos! Extrañado, el profesor Krum se acercó a V.Z.1. Palpó su cabeza y la caja blindada de su cuerpo; fue al tablero. ¡Todo estaba en perfectas condiciones!
     _ ¡Vamos, muchacho de lata! _ dijo burlón. _ ¡Respóndeme!
     Pero no hubo caso. Ya impaciente, el profesor tomó sus destornilladores, pinzas y contactos... ¡Plin, plan, chin, plun...! desarmó al robot, y luego, minuciosamente, lo volvió a armar. Engranajes, válvulas, cables, pilas, sensores, ¡Todo estaba  en orden!
     _ ¡Ahora probaremos con una pregunta divertida!, ¿eh, V.Z.1? Y a continuación puso una tarjetita humorística.
     Más no hubo nada que hacer. El robot, aparentemente perfecto, no funcionaba ya.
     Días y noches pasó el profesor tironeándose las barbas y piensa que te piensa, hasta que una mañana fue hacia V.Z.1 con una tarjeta que decía: “¿Qué te pasa? ¿Qué necesitas?”
     ¡Prin! El sacudón sonó en los oídos del doctor como la campanilla de un hada. La rígida mano tendía la  respuesta: “Me siento solo. Necesito un amigo”.
     Los ojos del profesor Krum se iluminaron primero y se empañaron después. ¡Ahora comprendía! Se puso a trabajar. Durante varios días estuvo encerrado en su laboratorio. Y una tarde se acercó a V.Z.1 llevando de la mano a otro robot, casi idéntico, pero con los ojos de ópalo.
     _ Muchachos _ dijo _ los voy a presentar: V.Z.1 este es V.Z.2. Espero que sean muy buenos amigos.
     _ ¡Prin! _ hizo V.Z.1.
     _ ¡Prin! _ hizo V.Z.2.
     Y ambos extendieron sus rígidas manazas hasta rozarse los dedos. No escapó a la observación del profesor, el fugaz resplandor que brotó al establecerse ese contacto. ¡Claro!, eso no tenía explicación científica, aunque...
     Pero antes de que el doctor Krum entrara en razonamientos más profundos, _ ¡Prin! _ V.Z.1 le ofrecía una respuesta:
     “Gracias. No somos perfectos si no tenemos un amigo. Ni siquiera los robots”.
     _ Ejem, ejem... _ carraspeó el profesor. Y palmeando la metálica espalda de V.Z.1 dijo satisfecho:
     _ ¿Sabes? ¡Creo que ésta es la más hermosa de tus respuestas!



Responder…

1)    ¿Cómo le hacia preguntas el profesor krum a V.Z.1?


2)    ¿Qué respondió V.Z.1 cuando se le preguntó sobre cuál era el colmo de un bombero? 


3)    ¿Qué hizo el profesor krum cuando V.Z.1 no empezó a responder a las preguntas?

      
4)    ¿Qué pasó luego que V.Z.1 dijo que necesitaba un amigo?


5)    ¿Qué respuesta interesante ofreció finalmente  V.Z.1?


_ Marcar con X la respuesta correcta.

♦ Para llegar a Groenlandia caminando se tardaría …
   diecisiete años (   )      diecinueve años (   )      dieciséis años (   )

♦ Un elefante al nacer pesa…
   setenta kilos (   )        ochenta kilos (   )        noventa kilos (   )

♦ El colmo de un relojero es tener un …
   tic nervioso (   )        reloj de juguete (   )      celular (   )

♦ Una de las preguntas del profesor Krum era de dónde vienen los…
  peces voladores (   )    platos voladores (   )   autos voladores (   )













lunes, 2 de octubre de 2017