sábado, 16 de septiembre de 2017

¿Por qué no vuela el pingúino?

¿Por qué no vuela el pingüino?
     Una leyenda argentina dice que, allá lejos en el tiempo, cuando en el mundo todo era principio, el pingüino podía volar. Era un ave con alas enormes y, cuando las desplegó por primera vez, llegó hasta la altura de las golondrinas. Junto a ellas exploró el cielo.
     Como las golondrinas debían partir, el pingüino intentó una aleteada más amplia y voló hasta el lugar de las gaviotas. Junto a ellas aprendió a caer sobre el mar y a alimentarse con peces. Pero se aburrió de esas aves porque no podían ir más alto.
     El pingüino miró su pecho y las hermosas alas que le habían dado los dioses y se dijo que él estaba preparado para las alturas más exquisitas. Entonces subió hasta donde habitan los cóndores. Cuando estuvo junto a ellos, miró el mundo y se dijo: _ ¡Qué insignificante es lo de allí abajo! Desde la inmensa altura no sólo pudo observar la vida en la Tierra, sino también en las aguas. Y ése fue el colmo  de los colmos: ignorando que  en el seno del mar se originó la vida, se burló de los peces y de los fondos marinos, que están metidos tan hondo. Y comenzó a jugar. No jugó con ellos, sino a pesar de ellos, y se lanzó en picada, cada vez desde más alto, a mayor profundidad y con mayor velocidad. Así atrapaba los peces en las aguas y los arrojaba con todas sus fuerzas para estrellarlos sobre la playa, en los acantilados, a lo largo  de la meseta.
     Mientras tanto, la golondrina se cuidaba para esquivarlo en sus viajes  de un hemisferio al otro, temerosa de que la atropellara en ese alocado vuelo. La gaviota graznaba llorando como una condenada, porque el pingüino estaba meta sacar los peces del mar, no porque los necesitara, no para comerlos y alimentarse, sino para ver cómo se ahogaban en el aire. Él estaba aburrido y así nomás, molestando, se divertía.
     Cuando el espíritu de la altura vio lo que sucedía, hizo que el pingüino volviera a la Tierra, porque pensó que, si no había aprendido a elevarse  en el cielo infinito, sería mejor que no volara. Y así, como ya no necesitaba  alas tan amplias, se quedó con esas pequeñas que le sirven para hacer gesto  de pájaro  pero no para volar. Desde aquellos días, anda caminando con pasos cortos sobre la Tierra y nadando en el mar austral. De volar, ni se acuerda. Ahora uno puede verlos amontonados o fila india sobre las playas sureñas, como conversando animadamente, discutiendo entre ellos y gesticulando un vuelo muñón. Me da la sensación de que algún secreto quisieran contarnos y no terminan de decirlo. Hay quien llama al pingüino “pájaro bobo”, vaya uno  a saber por qué.


Lilia García Bazterra


_ Responder…

1)   ¿Cómo era el pingüino al principio?



2)   ¿Quiénes eran las tres aves que volaban con el pingüino?



3)   ¿Qué sucedía luego que el pingüino se lanzaba en picada?



4)   ¿Por qué el pingüino sacaba peces y no los comía?



5)   ¿Qué hizo el espíritu de la altura con el pingüino?



6)   ¿Cómo es la vida del pingüino ahora?



_ Marcar con x en la opción correcta.

● Las tres aves que volaban con el pingüino eran…
La paloma, el cuervo y el águila (    )
La gaviota, el cóndor y la golondrina (    )
El loro, el gorrión y la perdiz (    )

● El pingüino se lanzaba en picada hacía el....
Río (    )
Laguna (    )
Mar (    )

● La persona que disciplinó al pingüino fue…
El espíritu de la altura (    )
Un mago (    )
Una bruja (    )

● Al pingüino también lo llaman…
Pájaro dormilón (    )
Pájaro tonto (    )
Pájaro bobo (    )


domingo, 3 de septiembre de 2017

La leyenda del amancay


La leyenda del amancay
     En un tranquilo lago de la Patagonia encerrado entre montañas nevadas nace un correntoso río. Cerca de sus orillas viven los mapuches, palabra que significa “gente de tierra”.     
      Hace muchos años, entre estos aborígenes se encontraba Quintral, el hijo del cacique. Era un joven apuesto, valiente y ágil. Como su padre era el jefe de la comunidad, tenía a su cargo muchas tareas: organizaba el trabajo y entrenaba a sus hombres para el uso de las armas y del caballo.  
      Por las tardes, luego de haber cumplido con sus labores, a Quintral le gustaba recorrer la zona y se entretenía cazando y pescando en la orilla del río. Caminaba hasta el brillante espejo del lago, donde se quedaba un largo rato mirando el paisaje reflejado en las aguas cristalinas.   
      Fue una fresca tarde de otoño, durante uno de esos paseos, cuando Quintral conoció a Amancay, una hermosa y sencilla joven. Se vieron por casualidad: ella juntaba leña en el bosque cercano y el hijo del cacique paseaba en la soledad del lago. Él la saludó maravillado: nunca había visto una muchacha tan hermosa, con el pelo renegrido como la noche y con una sonrisa clara, muy clara, casi tanto como las aguas del lago. Se pusieron a conversar y desde ese día se encontraron todas las tardes en ese lugar y se fueron enamorando.   
      Así fue pasando el tiempo, entre paseos y charlas, hasta que un día llegó a esa región una epidemia. Uno a uno fueron enfermándose todos los habitantes de la tribu e, incluso, Quintral comenzó a sentir los síntomas de este mal.     
      Su padre y Amancay lo cuidaban día y noche para lograr su mejoría, pero nada parecía calmar la fiebre. Entonces la joven decidió consultar a una machi (curandera). Ella le dijo que para salvar a los enfermos debía preparar un té con una flor que crecía en las montañas heladas. Amancay sabía que era peligroso ir hasta allí. Pero era tan grande el amor que sentía hacia Quintral y su tribu que no lo dudó y se fue hacia las cumbres heladas.     
      Caminó días y noches enteros, cruzó peligrosos arroyos y ascendió cumbres cubiertas de hielo. Y así logró llegar a la cima de una de las montañas más altas. Allí, bajo las aguas de una cascada, encontró la preciada flor... Al verla, lágrimas de alegría brotaron de sus ojos y empaparon los capullos que Amancay iba cortando.   
      Fue entonces cuando, sobre la hermosa cascada, apareció un cóndor. Enojado porque Amancay había ingresado en sus dominios, le quitó los capullos con el pico y se alejó volando por las altas cumbres.     
      Mientras volaba, iba regando el camino con las lágrimas de Amancay, que caían de los pétalos como gotas de lluvia.     
      Las lágrimas se zambulleron en la tierra y en cada uno de esos lugares empezaron a crecer también pequeñas flores amarillas y rojas.     
      Y fue una de esas flores, nacidas de las lágrimas de la indiecita, la que logró salvar a Quintral y a los otros enfermos de la tribu.     
      Es así que si alguien va al sur puede ver por los valles y las montañas de la Cordillera, una preciosa flor de varios pétalos, bella como Amancay, teñida de un amor intenso. Por supuesto, es la flor del amancay.

Leyenda argentina


_ Responder.

1_ ¿Quién era Quintral?

2_ ¿Quién era Amancay?

3_ ¿Cómo se curarían los enfermos según una machi?

4_ ¿Quién era la ave que apareció enojada?

5_ ¿Qué pasó con las lágrimas que caían desde los pétalos de la flor? 

6_ ¿Dónde crece la flor de amancay?


_ Encontrar cuatro personajes de la leyenda en la sopa de letras.

A
B
C
D
E
F
G
H
I
J
K
L
M
N
Ñ
O
P
Q
R
S
T
U
V
W
X
Y
Z
C
A
B
C
D
E
F
G
Q
H
I
J
K
L
M
O
N
Ñ
O
P
Q
R
S
T
U
U
V
W
X
Y
N
Z
A
B
C
D
E
F
G
H
I
J
K
L
M
D
N
Ñ
O
P
A
Q
R
S
T
U
N
V
W
X
O
Y
Z
A
B
C
M
D
E
F
G
H
T
I
J
R
K
L
M
N
Ñ
O
A
P
Q
R
S
T
R
U
V
W
X
Y
Z
A
B
C
N
D
E
F
G
H
A
I
J
K
L
M
N
Ñ
O
P
C
Q
R
S
T
U
L
V
W
X
Y
Z
A
B
C
D
A
E
F
G
H
I
J
K
L
M
A
C
H
I
M
N
Y
Ñ
O
P
Q
R
S
T
U
V
W
X
Y
Z
A
B
C
D
E
F
G
H